RE@LID@D@
¿EL SUBMARINO NO EXISTE?
Como dice un amigo: “LA
REALIDAD DEPENDE DEL DISCURSO”.
Vivimos la
ERA DE LA POSVERDAD. Lo importante no son los
acontecimientos, las verdades en un sentido clásico; lo que vale es
LO QUE SE PUEDA CONSTRUIR. Es
COMO SI LA REALIDAD NO EXISTIERA.
Mediante LOS
MEDIOS DE COMUNICACIÓN CONVENCIONALES Y LAS REDES SOCIALES
se pueden “FABRICAR”
E IMPONER VISIONES “CONVENIENTES”,
a voluntad de quienes tienen los recursos para hacerlo.
Siempre existió la
DESINFORMACIÓN ORGANIZADA, para
imponer situaciones, pero ahora el poder de la tecnología
comunicacional y su alcance permite hacerlo eficientemente y en
escala planetaria.
Si uno no está entre los poderosos de
turno, en muchos casos es conveniente la baja exposición, para
NO QUEDAR ATRAPADOS en
situaciones no deseables.
En resumen:
NO IMPORTA LA VERDAD, LO QUE IMPORTA ES LO QUE SE PUEDE INVENTAR.
Un submarino argentino desapareció en
aguas del Atlántico Sur, casualmente NO
LEJOS DE LAS MALVINAS. Puede que estuviera, “de paso”,
espiando un poco a los ocupantes de la OTAN.
INDEPENDIENTEMENTE DE LO QUE EN REALIDAD PASÓ, quizás nadie lo
sabe en realidad, ¿qué puede imaginarse como posible? Varios quieren
averiguarlo, “colaborando en la búsqueda”: norteamericanos,
ingleses, chilenos…. y –casualmente- hasta los rusos.
No
olvidemos que sigue en juego lo mismo que determinó el
comportamiento de Inglaterra y Estados Unidos en 1982: la toma de
posición frente a los RECURSOS NATURALES DEL
ATLÁNTICO SUR Y DE LA ANTÁRTIDA.
Mientras tanto, en el mundo de Trump,
en el Hemisferio Norte se viven tensiones lindantes con guerras
hasta nucleares, en Corea, Siria e Irán, por ejemplo. Sería bueno
NO QUEDAR ENGANCHADOS, como
ocurrió con la Guerra del Golfo, que nos costó un par de bombazos
sin comerla ni beberla.
Ante este panorama, lo importante -a
la hora de enfrentar nuestro dolor por la pérdida - podría ser
enfriar el juego, NO INVOLUCRAR EN LO
POSIBLE A EXTRAÑOS (aunque crean que son “de los
nuestros”). La ilusión de una explicación puede llevarnos a
descubrir algo que no queremos o, lo que es peor, a una respuesta
que perpetúe la duda.
nov2017
Eduardo
calvo sans
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