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SOJA, ILUSIÓN Y DESPUÉS

 “ … en la construcción de Stonehenge hubo gente trabajando por lo menos durante 2000 años (del 3500 al 1500 a.C.)…”

 

El nuestro no es un momento más de la historia. Como para volver todo diferente, estamos ante el fin del petróleo barato (1) y el comienzo de transformaciones ambientales de magnitud. De ahora en más, sus consecuencias deberían ser el centro de nuestras preocupaciones.

Mientras tanto, la globalización está afectando la integridad de ciertos países. Al desaparecer fronteras comerciales los mercados se extienden. Ciertos grupos privilegiados venden sus productos a precios incompatibles con la realidad nacional. Los triunfadores locales de esta globalización liberal reclaman “no mantener” a sus pobres y hasta pretenden separarse territorialmente para lograrlo, como en el Oriente Boliviano.

Siempre fue sospechosa la contabilidad deficitaria de grandes emprendimientos periodísticos y que, al mismo tiempo, fuera negocio mantenerlos. Hoy, con la globalización informativa inundándolo todo, es claro para qué sirven: son artífices de la realidad, la construyen a su imagen y conveniencia. Es tan evidente esta situación que los “países desarrollados” suelen tener reglas para evitar el monopolio de la información.

A todo esto y como si estuviéramos a días del fin del mundo, vivimos un capitalismo desaforado en búsqueda de la renta inmediata, sin tener en cuenta costos futuros, particularmente los ambientales. Dentro de ese juego macabro, la agricultura dominante se parece a la minería saqueadora: extracción violenta de un recurso sin importar cómo quede el territorio involucrado. La soja trasgénica, asociada a poderosos agroquímicos, muchas veces cultivada en campos arrendados cuyo suelo no importa cuidar, producida aquí en grandes volúmenes para ser usada del otro lado del mundo como si el flete no importara, parece un ejemplo máximo de insustentabilidad.

Con el precio en permanente ascenso y las reservas acotadas, a los países petroleros les convendría demorar la extracción lo más posible, porque lo que hoy es 140 en poco tiempo será 300 y los dólares en el bolsillo cada vez valen menos. Los ruralistas han estado reteniendo la cosecha, conservándola en silos bolsa de plástico desparramados por el campo; siendo la soja un commodity pegado al petróleo, puede ser buena política para un país con superávit comercial. El problema es que la soja así puede durar a lo sumo un año, mientras que el petróleo podría quedarse unos cuantos millones de años en su lugar esperando ser vendido. Los chilenos la tendrían más fácil; su producto de exportación, cobre metálico, puede guardarse todo el tiempo necesario sin acumular inservibles dólares excedentes.

La cuestión residencial se pondrá caliente.  La explotación intensiva del campo en los últimos tiempos ha acentuado la migración hacia grandes ciudades, en muchos casos hacia villas miseria. La agricultura trasgénica disparó la eficiencia hacia la gloria. Con poca mano de obra pueden atenderse inmensas extensiones. Pero, son muchos los que auguran un retorno forzado al campo a partir del encarecimiento de los recursos energéticos y hasta la necesidad de prescindir de algunos por su incidencia ambiental (2). La vida puede volverse complicada en grandes núcleos urbanos con menos energía. El futuro reclamaría redistribuir gente por todo el territorio; ¿no será momento para incentivar esta salida con políticas adecuadas?

El ruralismo trasgénico, al menos como hoy está planteado, es socio dilecto del petróleo. Logra su eficiencia a partir del uso intensivo de energía (producción y transporte) y de agroquímicos hijos del petróleo. La actual rentabilidad puede evaporarse, a medida que crece la cotización de los hidrocarburos, y hasta desaparecer, poniendo en ridículo a muchas envidias actuales.

Habiendo alcanzado -o casi- su máximo la producción mundial de petróleo (cenit), la perspectiva a corto plazo es la aceleración de la lucha por recursos naturales, particularmente los energéticos -incluidos los biocombustibles-, en un mundo cuya población sigue creciendo en número y expectativas. El enfrentamiento alrededor del commodity soja en la Argentina 2008 puede ser un ejemplo de acontecimientos cada vez más problemáticos. Sería constructivo desarrollar una metodología política para enfrentarlos aprovechando la oportunidad. 

ECS – 24jun08

 

(1)   http://ngenespanol.com/2008/05/30/mundo-de-petroleo/

(2)   “La Gran Emergencia”, James Howard Kunstler, Barrabes Editorial, Huesca, España.